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¿Sabrías que la celebración de los reyes magos solo se celebra en España y en algunos países latinoamericanos? A diferencia de otras celebraciones propias de la cristiandad, la creencia y la celebración de estos reyes magos que visitan al mesías se origina en España. ¿Qué es lo que sucede con este mito? ¿Cuál es la verdadera historia de los reyes magos?
1. ¿Quiénes son los Reyes Magos?
1.1. En el imaginario popular actual
Tal vez empecemos por una obviedad, pero recuerda que no en todos los países se conocen a estos personajes, por lo que creo imprescindible definir las características de estas figuras mitológicas. Al menos, la historia que nos ha llegado a día de hoy.
Uno de los episodios más importantes del imaginario es, precisamente, el nacimiento de su mesías Jesús. El tema de cómo concibió María con un paloma, lo dejamos para un futuro episodio de concepciones mitológicas más extrañas, lo que nos interesa hoy es el parto y la posterior adoración.
La historia que ha llegado a la inmensa mayoría es muy sencilla: María y José se refugian en un establo y en él da a luz a Jesús. Este nacimiento convoca a los tres reyes magos que, guiados por una estrella fugaz, se presentan ante ellos y les hacen una serie de ofrendas: oro, incienso y mirra.
El imaginario popular los bautiza como Gaspar, Melchor y Baltasar y los entiende como tres reyes importantes de regiones lejanas y también magos. Los dos primeros son de tez blanca, el primero con barba canosa y el segundo con barba pelirroja; mientras que el tercero es negro. Es más, no solo adorarán a Jesús, sino que se convierten en tres figuras que harán regalos a los niños la noche la noche del 5 al 6 de enero.
1.2. De la Biblia a la actualidad
A pesar de la gran importancia que tienen en el culto y en las fiestas populares, los reyes magos solo son mencionados en el Evangelio de Mateo y lo explicado en este pasaje no se ajusta del todo a la imagen que tenemos de ellos.
De hecho, se les nombra como magos, pero no se precisan los nombres, ni que fuesen reyes ni que fuesen tres. No fue hasta el s. III d.C. que se estableció que pudieran ser reyes, pues hasta la fecha se les imaginaba como personas pudientes, debido a los regalos que traían. También fue en este siglo que se estableció que fuesen tres, pero encontramos iconografías en las que aparecen dos, tres, cuatro o doce personas.
No conservamos evidencias de sus nombres hasta el s. VI d.C. En un mosaico de San Apolinar el Nuevo (Rávena, Italia) se les distingue ataviados al modo persa. En él, se ven sus nombres escritos sobre cada una de las figuras, además de que cada uno se representa en una edad diferente.
Aún así, en todas las representaciones aparecen los tres con la tez blanca, no se representará a Baltasar con la tez negra hasta finales del s. XV. Es en este momento en el que cada uno de los reyes representarán cada una de las tres «razas» conocidas hasta la Edad Media: los europeos, los asiáticos y los africanos.
No fue hasta el s. XIX que se instaura la tradición de convertir la noche de Reyes (la noche anterior a al Epifanía) en una fiesta familiar en la que los niños reciben regalos, imitando lo que se celebrara en otros países el día de Navidad, por influencia de San Nicolás.
2. La verdadera historia de los reyes magos
Como hemos visto, pues, la historia original de los reyes magos no se ajusta para nada a la que conocemos y celebramos hoy en día. Por eso, he querido recopilar aquí la historia de estos (¿dos, tres, doce?) personajes para que conozcas más sobre las fiestas que seguimos celebrando hoy en día.
Como te he dicho antes, estos magos solo son mencionados en el Evangelio de Mateo. De hecho, se inicia este Evangelio casi con la aparición de estos personajes:
Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?».
Evangelio de Mateo (2, 1-2)
Lo primero a señalar es que parece contradictorio que los adoradores de Jesús más famosos sean, precisamente, practicantes de la magia. Pero es que se debe tener en cuenta que es un texto escrito originalmente en griego y que el término griego magós no solo hacía referencia a hechiceros, sino también a hombres sabios, algo parecido a un científico de la época.
Hecha esta aclaración, exploremos la leyenda de estos personajes. Estos sabios, inician su peregrinaje en busca del rey de los judíos y visitan al rey Herodes el Grande en Jerusalén. Al preguntarle por el niño, este consulta con sus escribas y estos les aseguran que, siguiendo las profecías, debía nacer en Belén. Es más, el rey les insiste en que, en cuanto den con él, le indiquen el lugar exacto para poder ir a adorarle. Aunque, como debes saber, su intención era matarle para asegurar su lugar en el trono.
Los magos dan con el niño recién nacido, lo adoran y le dan sus presentes: oro, por su naturaleza real; incienso, por su naturaleza divina; y mirra, por su naturaleza efímera y mortal. Permíteme la cuya mitológica al establecer un paralelismo entre esta ofrenda y la que tendió Seleuco I Nicátor, rey de Babilonia y Siria, a Apolo en el 288 a.C.
Mientras regresaban, los magos fueron advertidos de las intenciones de Herodes mediante un sueño premonitorio y no volvieron a su lado. Herodes, no contento con esto, decidió ordenar matar a todos los niños menores de dos años que residiesen en Belén. Este es uno de los episodios más famosos de la imaginario cristiano, representando en infinidad de cuadros. Por suerte, José también fue avisado de esto a través de un sueño y pudieron escapar hacia Egipto.
3. «Auto de los Reyes Magos»
Entonces, si tienen una aparición tan minúscula en los textos bíblicos, ¿cómo se ha convertido en una tradición tan importante dentro de nuestra cultura? ¿Y por qué solo se da en los países hispanos? Todo es a causa de una obra de teatro medieval.
Se encontró un códice en Toledo que se centraba en explicar la importancia de estos Reyes Magos en la historia bíblica que te he contado antes. Se le conoce como Auto de los Reyes Magos o Adoración de los reyes magos, título ofrecido en 1900 por el medievalista Ramón Menéndez Pidal. De hecho, esta obra es especialmente interesante porque se la considera la primera obra teatral castellana y española.
3.1. Argumento
El texto se abre con la descripción de los magos, ya llamándolos Melchor, Gaspar y Baltasar, que están siguiendo la estrella en su viaje a Belén y su visita al rey Herodes. La obra en conjunto se ha dividido en cinco escenas, atribuidas posteriormente por los filólogos que la han estudiado, pues no hay acotaciones en el texto.
En la primera, se muestran tres monólogos de los sabios, denominados steleros, aquellos que conocen las estrellas, sobre el hallazgo de la nueva estrella y su posible significado. En la segunda, los magos deciden emplear los diferentes regalos como una prueba para averiguar la verdadera naturaleza del infante. En la tercera es cuando se encuentran con Herodes y este promete adorar también al niño. En la cuarta, Herodes expresa su temor frente al recién nacido y hace llamar a sus sabios para debatir. La quinta escena queda interrumpida en mitad de este debate, pues no le hemos conservado intacta.
3.2. ¿Por qué es importante esta obra?
Esta obra de teatro, a la hora de entender por qué esta tradición ha llegado a nuestros días, es muy importante. Por un lado, porque evidencia el interés alrededor de estas figuras. En el estudio de textos clásicos, especialmente los que son tan antiguos, siempre insisto mucho que trabajamos a través de los textos que hemos conservamos, pero no tenemos una idea real de lo que se escribía y escuchaba en aquella época.
Podemos hacer muchas suposiciones, como que se trataron de figuras que captaron muchas atenciones, debido a su influencia posteriores y todas las representaciones pictóricas alrededor de sus figuras. Pero sí tenemos algo muy claro: si existía una obra de teatro sobre los reyes magos, eso significaba que era representada en las iglesias.
Una de las características más interesantes de la Edad Media es, precisamente, que mester de clerecía y mester de juglaría, en realidad, estaban muy cohesionados. Por eso, no debe extrarnos que en las iglesias, especialmente en fechas tan señaladas como Navidad o la Epifanía, se representaran en entornos religiosos pasajes importantes de los textos sagrados.
Considero que es muy sencillo imaginar y suponer que estas representaciones, que seguramente iniciaron con la intención de ser didácticas, acabaron formando parte de la tradición popular, sacándolas de las iglesias y convirtiéndolo en una verdadera cabalgata de reyes. De hecho, en algunos lugares, esta famosa cabalgata de Reyes termina, precisamente, en una Iglesia.
Me gusta imaginar que en algún momento se hacían estas cabalgatas para acabar en iglesia para ver la representación teatral y acabar escuchando misa. Con el paso de los años le hemos quitado, incluso, el componente religioso, pues todos, cristianos y ateos, acabamos formando parte de esta fiesta.
Y eso es todo por hoy. Creía interesante poder analizar una fiesta que la mayoría celebramos remontándonos a nuestros orígenes para, así, entendernos mejor. De hecho, me gustaría poder hacerlo en otras festividades importantes, pues no siempre entendemos lo que hay detrás de lo que celebramos.